Por: Héctor J. Izquierdo
Acuña.
Cada 24 de mayo, un hecho de
relevancia histórica convoca a todos los moronenses: la conmemoración de un
aniversario más de la mercedación del Hato de Morón, acontecimiento que
paulatinamente va convirtiéndose en una hermosa tradición, fuente para consolidar
su sentido de identidad y pertenencia.
En Cuba resulta común la diversidad
de criterios acerca de la fundación de las ciudades, sobre todo algunas de las
primeras villas, que adolecen de una fecha confirmada fehacientemente y recurrieron
a la más antigua mención que sobre ellas se escribió.
Morón, cuyo título de villa le fue
otorgado en 1869, no está exento de esa problemática y transcurridos ya 472
años de mercedado el hato, se desconoce el origen de su nombre y la fecha
exacta de su otorgamiento.
Luego del descubrimiento de Cuba por Cristóbal
Colón en los días finales de octubre de 1492, la Isla quedó olvidada. Unos 18 años después
se inició su conquista y colonización, invadiendo territorios, ocupando tierras
y fundando villas. En el centro de la
Isla se erigen Puerto Príncipe entre 1514 o 1515, Sancti
Spíritus en 1514 y San Juan de los Remedios en 1515. Son estas las que, en
diferentes momentos, incidieron sobre la evolución y desarrollo ulterior del
territorio moronense.
Desde del siglo XVI los cabildos iniciaron las
mercedaciones o concesiones de terrenos a quien lo solicitara que según su uso
ser hatos o corrales.
El abanderado en el reparto de tierras fue el cabildo
espirituano, cuya primera acta data de 1536 vinculada a la mercedación de las
sabanas de Manicaragua, aunque se considera que el hato San José del Asno se
entregó antes de esa fecha.
El historiador moronense Pedro G.
Subirats Quesada en su obra “Historia de Morón”, publicada en 1929, que el 24
de mayo del año 1543 el cabildo de la villa de Sancti Spíritus otorgó el Hato
de Morón a Don Luís de Almeida y transcribe por vez primera el acta de
mercedación.
Como puede observarse, en el momento justo de ser entregado
ya el hato ostentaba el topónimo de “Morón”, por lo que no es
aventurado suponer que cuando había sido previamente denunciado, poseído y dado
nombre por aquella persona, como este autor expresa.
En investigaciones realizadas
posteriormente por Federico Naranjo y Rodrigo Aguilar cuyos resultados quedaron
plasmados en su imprescindible obra “Historia de Morón y su municipalidad”,
arribaron a la conclusión de que el hato de Morón había sido mercedado por el
cabildo de Puerto Príncipe en 1525
a Ramón Morón, favorecido por la influencia de Pedro
Morón, uno de los acompañantes de Vasco Porcado de Figueroa en el acto
fundacional de la villa de la villa principeña, hipótesis no ha podido
comprobarse en ninguno de sus planteamientos. Estos historiadores hacen
referencia a documentos probatorios existentes en el Archivo de Indias, España,
que no han podido ser consultados.
En este punto es necesario
realizar dos consideraciones, íntimamente vinculadas entre sí, que aún no han quedado claras en nuestra
historiografía: la primera es el origen real del nombre “Morón” y la segunda
con la mercedación o no del hato a Ramón Morón en 1525 como aseguran otros
historiadores.
Hemos visto una de las
hipótesis, la más lógica, racional y aceptada hasta hoy. Pero es necesario
referirse a otras acepciones del nombre Morón para trabajar con variables que,
aunque menos probables, también pueden resultar interesantes.
Etimológicamente la palabra
Morón servía para designar un accidente geográfico descrito como “una especie
de mambla o montecillo, loma imperceptible a simple vista”, término con el cual
Naranjo y Aguilar consideran que “Puede aceptarse sin lugar a duda” como el que
dio en nombre a Morón. Sin embargo, debatiéndose en dilemas teóricos, afirman
un párrafo más adelante, “que, sin género de dudas, el nombre de Morón… es
debido al apellido de señor Ramón Morón, primero a quien hubo de mercedarse
estas tierras”.
En otro orden, según el
eminente científico Esteban Pichardo y Tapia, en su obra “Diccionario Provincial
casi razonado de Vozez y Frases Cubanas”, corregida y ampliamente anotada por
el Dr. Esteban Rodríguez Herrera en 1955 un Morón es un: “Pez de agua dulce,
tamaño de una vara, sin espina y sabroso, el mismo de Santo Domingo. Es más
conocido por la parte oriental, y aun por la central de esta Isla, originando
probablemente la denominación topográfica de la gran Laguna o Albufera de
Morón”.
Otra aporte lo expresa el
investigador moronense Juan Carlos Espinosa en su “Índice cronológico de Morón
y su término municipal” en la cual plantea que el primer nombre de Morón se
registra a favor de Alonso de Morón, “guitarrista, amante de los gallos,
conocedor de las artes ecuestres y persona de algunas letras además de ser un
hombre muy cercano a Hernán Cortés a quien acompañó en la conquista de México”. Este elemento permite reforzar la idea de la
mercedación del hato a alguien de apellido Morón.
Inicialmente debemos hacer
mención a Don Pedro Morón quien según las fuentes tradicionales era un
castellano que acompañó a Vasco Porcado de Figueroa en la fundación de Puerto
Príncipe y en la conquista de La Florida. Sin embargo la historia de este
personaje se ve actualmente matizada por elementos de juicio que permiten
cuestionar todo un andamiaje teórico que ha prevalecido durante décadas.
El eminente científico cubano
Antonio Núñez Jiménez en su artículo “Factores geográficos, étnicos e
históricos de la cultura cubana”, valora la participación del gobernador de la Isla de Cuba Hernando de Soto
en la conquista de La Florida
y enuncia fragmentos de “La
Florida del Inca” obra escrita por uno de los primeros
criollos de América, el Inca Garcilaso de la Vega quien cita a los primeros criollos
indoespañoles.
Expone Garcilaso que: “Hernando
se Soto, con mucho contento de haberlo hallado, mandó a dos soldados naturales
de la isla de Cuba, mestizos, que así nos llaman en todas las Indias
Occidentales a los que somos hijo de español y de india o de indio y
española….”
Los cubanos o criollos
mencionados por Garcilaso son Diego de Oliva y Pedro Morón, quienes fueron muy
útiles en la conquista de La Florida.
Durante esa ruda campaña de Hernando de Soto, donde arribó
desde el puerto de La Habana
el 17 de mayo de 1539 acompañado por Vasco Porcayo de Figueroa, pidió a 30 de
sus “caballeros” más valientes hacer una marcha de “… casi ciento cincuenta
leguas de tierra poblada de valientes y crueles enemigos”. Entre ellos estaba
Pedro Morón sobre quien expresa Garcilaso:
“… Este soldado tuvo una gracia
rarísima, que venteaba y sacaba por rastro más que un perro ventor, que muchas
veces le acaeció en la isla de Cuba, saliendo él y otros a buscar indios
alzados o huidos, sacarlos por el rastro de las matas o huecos de árboles o
cuevas en que se habían escondido. Sentía asimismo el fuego por el olor a más
de una legua, que muchas veces en este descubrimiento de La Florida, sin que hubiese
visto candela ni humo, decía a los compañeros: Apercibios, que hay fuego cerca
de nosotros. Y lo hallaban a media legua y a una legua... era grandísimo nadador...
Fue con él su compañero y compatriota Diego de Oliva…”
Mas, lo que más nos hace pensar
es que Pedro Morón no era castellano sino un “mestizo, natural de la ciudad de
Bayamo de la isla de Cuba”.
Estos elementos nos llevan a
nuevas interrogantes. Si la villa de San Salvador de Bayamo, lugar de
nacimiento del controvertido personaje fue fundada en 1513 y la de Santa María
del Puerto del Príncipe en 1514 se deriva que en esa fecha contaba con apenas
dos años de edad. Para 1525, fecha en que algunos aseguran fue mercedado el
Hato a Ramón Morón, Pedro tendría apenas doce o trece años. Entonces ¿tendría él
suficiente edad e influencia ante un hombre tan temido y respetado como Vasco
Porcayo de Figueroa? Sin embargo, cuando en 1539 cuando parte a La Florida ya es un hombre que
ronda los veintiséis años. Así las
cosas, al ser criollo, bayamés, ¿de dónde adquirió el apellido Morón? ¿Quién
era su padre? ¿Acaso Alonso Morón quien lo abandonó cuando apenas tenía seis
años de edad y partió desde la villa de Trinidad a conquistar las tierras de
México junto a Hernán Cortés en 1519? Esto también posibilita afirmar que
Alonso Morón no pudo incidir en la mercedación del Hato a favor de Ramón puesto
que había salido de Cuba antes de 1525, la supuesta fecha de su primera
mercedación.
Más reciente resulta
la consulta de un documento histórico del siglo XVI donde se expresa que el 26
de febrero de 1515 por Real Cédula se recomienda a Diego Velásquez la “persona del
capitán Pedro Morón, que pasa a la Isla de Cuba”.
En otro orden, los
historiadores moronenses precitados afirman que la documentación donde estaba
recogida la mercedación de Morón fue destruida a consecuencia de un incendio.
Sobre este particular el historiador camagüeyano Jorge Juárez Cano en su
“Apuntes de Camagüey” expone la destrucción por un incendio de “… el archivo
municipal y el parroquial que databa de 1528, así como las escrituras públicas”
lo que nos hace inferir la imposibilidad de validar mediante documento alguno,
la veracidad de la propuesta.
Mientras, el historiador y
arqueólogo Felipe Pichardo Moya, estudioso de los primeros siglos de la época
colonial escribió sobre la fundación de Puerto Príncipe: “No existen documentos
fehacientes –o por lo menos no se conocen hasta hoy-, sobre la fundación de Santa
María”.
Ante tanta incertidumbre, y
buscando la posibilidad de potenciar alguna de las hipótesis planteadas, se consultó
a Elda Cento Gómez, relevante historiadora camagüeyana, estudiosa del tema de
la fundación de Puerto Príncipe y autora del artículo “La ¿polémica? de la
fundación: reflexiones desde la historiografía”. El resultado fue infructuoso pues no posee información de que en la
fundación de esa villa existiera alguien de apellido Morón.
Así, en “Una pelea cubana
contra los demonios”, de Don Fernando Ortiz, vinculada a la historia de San
Juan de los Remedios, fundada por Vasco Porcayo de Figueroa, no se hace mención
al patronímico “Morón”.
De esta manera, luego de
transitar por los presupuestos planteados en las diferentes hipótesis acerca
del nombre y del año de la mercedación del Hato de Morón, lejos de despejar las
dudas y cubrir los espacios vacíos de nuestra historia, surgen nuevos cuestionamientos
sobre los personajes que de algún modo deben estar vinculados con las raíces
fundacionales del territorio moronense.
De cualquier manera, y haciendo
uso literal de las palabras de Segundo Leiva Casay, Historiador de la Ciudad, “el planteamiento
de que Morón debe su nombre a alguien con ese apellido es, por su fuerza
lógica, la hipótesis más acertada”.
Pero no debemos correr el
peligro de errar. La historia es ciencia, por ello implica rigor, y sus
resultados estarán en concordancia con los elementos que el investigador tenga
en su poder en el momento de la construcción de los conocimientos y
sistematización de la información histórica.
Consideramos que nunca debe
emplearse categóricamente el año 1525 como la fecha de mercedación del hato.
Tampoco se debe afirmar con certeza absoluta de Ramón Morón, porque ¿quién fue
realmente este personaje de quien no se habla en ningún texto consultado? Incluso,
Pedro Morón constituye ya una nueva interrogante.
Es necesario explicar las
hipótesis, someterlas a la crítica histórica pero siempre esclareciendo que la
fecha escogida para conmemorar la mercedación del hato de Morón es el 24 de
mayo de 1543 por ser la referencia más antigua vinculada al territorio
moronense de que exista constancia hasta la fecha. Asegurar lo contrario sería
cometer lamentables errores históricos. Como expresaba el Héroe Nacional José
Martí: “La historia no es cera que se amolda a nuestras manos caprichosas. Ni
cabe, en obra severa, fantasear sobre motivo histórico”.
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