lunes, 16 de marzo de 2015

La mercedación del hato de Morón: una historia por desentrañar



Por: Héctor J. Izquierdo Acuña.
Cada 24 de mayo, un hecho de relevancia histórica convoca a todos los moronenses: la conmemoración de un aniversario más de la mercedación del Hato de Morón, acontecimiento que paulatinamente va convirtiéndose en una hermosa tradición, fuente para consolidar su sentido de identidad y pertenencia.
En Cuba resulta común la diversidad de criterios acerca de la fundación de las ciudades, sobre todo algunas de las primeras villas, que adolecen de una fecha confirmada fehacientemente y recurrieron a la más antigua mención que sobre ellas se escribió.
Morón, cuyo título de villa le fue otorgado en 1869, no está exento de esa problemática y transcurridos ya 472 años de mercedado el hato, se desconoce el origen de su nombre y la fecha exacta de su otorgamiento. 
  
Luego del descubrimiento de Cuba por Cristóbal Colón en los días finales de octubre de 1492, la Isla quedó olvidada. Unos 18 años después se inició su conquista y colonización, invadiendo territorios, ocupando tierras y fundando villas. En el centro de la Isla se erigen Puerto Príncipe entre 1514 o 1515, Sancti Spíritus en 1514 y San Juan de los Remedios en 1515. Son estas las que, en diferentes momentos, incidieron sobre la evolución y desarrollo ulterior del territo­rio moronense.
Desde del siglo XVI los cabildos iniciaron las mercedaciones o concesiones de terrenos a quien lo solicitara que según su uso ser hatos o corrales.
El abanderado en el reparto de tierras fue el cabildo espirituano, cuya primera acta data de 1536 vinculada a la mercedación de las sabanas de Manicaragua, aunque se considera que el hato San José del Asno se entregó antes de esa fecha.   
El historiador moronense Pedro G. Subirats Quesada en su obra “Historia de Morón”, publicada en 1929, que el 24 de mayo del año 1543 el cabildo de la villa de Sancti Spíritus otorgó el Hato de Morón a Don Luís de Almeida y transcribe por vez primera el acta de mercedación.
Como puede observarse, en el momento justo de ser entregado ya el hato ostentaba el topónimo de “Morón”, por lo que no es aventurado suponer que cuando había sido previamente denunciado, poseído y dado nombre por aquella persona, como este autor expresa.
En investigaciones realizadas posteriormente por Federico Naranjo y Rodrigo Aguilar cuyos resultados quedaron plasmados en su imprescindible obra “Historia de Morón y su municipalidad”, arribaron a la conclusión de que el hato de Morón había sido mercedado por el cabildo de Puerto Príncipe en 1525 a Ramón Morón, favorecido por la influencia de Pedro Morón, uno de los acompañantes de Vasco Porcado de Figueroa en el acto fundacional de la villa de la villa principeña, hipótesis no ha podido comprobarse en ninguno de sus planteamientos. Estos historiadores hacen referencia a documentos probatorios existentes en el Archivo de Indias, España, que no han podido ser consultados.
En este punto es necesario realizar dos consideraciones, íntimamente vinculadas entre sí,  que aún no han quedado claras en nuestra historiografía: la primera es el origen real del nombre “Morón” y la segunda con la mercedación o no del hato a Ramón Morón en 1525 como aseguran otros historiadores.
Hemos visto una de las hipótesis, la más lógica, racional y aceptada hasta hoy. Pero es necesario referirse a otras acepciones del nombre Morón para trabajar con variables que, aunque menos probables, también pueden resultar interesantes.
Etimológicamente la palabra Morón servía para designar un accidente geográfico descrito como “una especie de mambla o montecillo, loma imperceptible a simple vista”, término con el cual Naranjo y Aguilar consideran que “Puede aceptarse sin lugar a duda” como el que dio en nombre a Morón. Sin embargo, debatiéndose en dilemas teóricos, afirman un párrafo más adelante, “que, sin género de dudas, el nombre de Morón… es debido al apellido de señor Ramón Morón, primero a quien hubo de mercedarse estas tierras”.
En otro orden, según el eminente científico Esteban Pichardo y Tapia, en su obra “Diccionario Provincial casi razonado de Vozez y Frases Cubanas”, corregida y ampliamente anotada por el Dr. Esteban Rodríguez Herrera en 1955 un Morón es un: “Pez de agua dulce, tamaño de una vara, sin espina y sabroso, el mismo de Santo Domingo. Es más conocido por la parte oriental, y aun por la central de esta Isla, originando probablemente la denominación topográfica de la gran Laguna o Albufera de Morón”.    
Otra aporte lo expresa el investigador moronense Juan Carlos Espinosa en su “Índice cronológico de Morón y su término municipal” en la cual plantea que el primer nombre de Morón se registra a favor de Alonso de Morón, “guitarrista, amante de los gallos, conocedor de las artes ecuestres y persona de algunas letras además de ser un hombre muy cercano a Hernán Cortés a quien acompañó en la conquista de México”.  Este elemento permite reforzar la idea de la mercedación del hato a alguien de apellido Morón.
Inicialmente debemos hacer mención a Don Pedro Morón quien según las fuentes tradicionales era un castellano que acompañó a Vasco Porcado de Figueroa en la fundación de Puerto Príncipe y en la conquista de La Florida. Sin embargo la historia de este personaje se ve actualmente matizada por elementos de juicio que permiten cuestionar todo un andamiaje teórico que ha prevalecido durante décadas.
El eminente científico cubano Antonio Núñez Jiménez en su artículo “Factores geográficos, étnicos e históricos de la cultura cubana”, valora la participación del gobernador de la Isla de Cuba Hernando de Soto en la conquista de La Florida y enuncia fragmentos de “La Florida del Inca” obra escrita por uno de los primeros criollos de América, el Inca Garcilaso de la Vega quien cita a los primeros criollos indoespañoles.
Expone Garcilaso que: “Hernando se Soto, con mucho contento de haberlo hallado, mandó a dos soldados naturales de la isla de Cuba, mestizos, que así nos llaman en todas las Indias Occidentales a los que somos hijo de español y de india o de indio y española….”
Los cubanos o criollos mencionados por Garcilaso son Diego de Oliva y Pedro Morón, quienes fueron muy útiles en la conquista de La Florida. Durante esa ruda campaña de Hernando de Soto, donde arribó desde el puerto de La Habana el 17 de mayo de 1539 acompañado por Vasco Porcayo de Figueroa, pidió a 30 de sus “caballeros” más valientes hacer una marcha de “… casi ciento cincuenta leguas de tierra poblada de valientes y crueles enemigos”. Entre ellos estaba Pedro Morón sobre quien expresa Garcilaso:
“… Este soldado tuvo una gracia rarísima, que venteaba y sacaba por rastro más que un perro ventor, que muchas veces le acaeció en la isla de Cuba, saliendo él y otros a buscar indios alzados o huidos, sacarlos por el rastro de las matas o huecos de árboles o cuevas en que se habían escondido. Sentía asimismo el fuego por el olor a más de una legua, que muchas veces en este descubrimiento de La Florida, sin que hubiese visto candela ni humo, decía a los compañeros: Apercibios, que hay fuego cerca de nosotros. Y lo hallaban a media legua y a una legua... era grandísimo nadador... Fue con él su compañero y compatriota Diego de Oliva…”
Mas, lo que más nos hace pensar es que Pedro Morón no era castellano sino un “mestizo, natural de la ciudad de Bayamo de la isla de Cuba”.
Estos elementos nos llevan a nuevas interrogantes. Si la villa de San Salvador de Bayamo, lugar de nacimiento del controvertido personaje fue fundada en 1513 y la de Santa María del Puerto del Príncipe en 1514 se deriva que en esa fecha contaba con apenas dos años de edad. Para 1525, fecha en que algunos aseguran fue mercedado el Hato a Ramón Morón, Pedro tendría apenas doce o trece años. Entonces ¿tendría él suficiente edad e influencia ante un hombre tan temido y respetado como Vasco Porcayo de Figueroa? Sin embargo, cuando en 1539 cuando parte a La Florida ya es un hombre que ronda los veintiséis años.  Así las cosas, al ser criollo, bayamés, ¿de dónde adquirió el apellido Morón? ¿Quién era su padre? ¿Acaso Alonso Morón quien lo abandonó cuando apenas tenía seis años de edad y partió desde la villa de Trinidad a conquistar las tierras de México junto a Hernán Cortés en 1519? Esto también posibilita afirmar que Alonso Morón no pudo incidir en la mercedación del Hato a favor de Ramón puesto que había salido de Cuba antes de 1525, la supuesta fecha de su primera mercedación.
Más reciente resulta la consulta de un documento histórico del siglo XVI donde se expresa que el 26 de febrero de 1515 por Real Cédula se recomienda a Diego Velásquez la “persona del capitán Pedro Morón, que pasa a la Isla de Cuba”.

En otro orden, los historiadores moronenses precitados afirman que la documentación donde estaba recogida la mercedación de Morón fue destruida a consecuencia de un incendio. Sobre este particular el historiador camagüeyano Jorge Juárez Cano en su “Apuntes de Camagüey” expone la destrucción por un incendio de “… el archivo municipal y el parroquial que databa de 1528, así como las escrituras públicas” lo que nos hace inferir la imposibilidad de validar mediante documento alguno, la veracidad de la propuesta.
Mientras, el historiador y arqueólogo Felipe Pichardo Moya, estudioso de los primeros siglos de la época colonial escribió sobre la fundación de Puerto Príncipe: “No existen documentos fehacientes –o por lo menos no se conocen hasta hoy-, sobre la fundación de Santa María”.
Ante tanta incertidumbre, y buscando la posibilidad de potenciar alguna de las hipótesis planteadas, se consultó a Elda Cento Gómez, relevante historiadora camagüeyana, estudiosa del tema de la fundación de Puerto Príncipe y autora del artículo “La ¿polémica? de la fundación: reflexiones desde la historiografía”. El resultado fue infructuoso  pues no posee información de que en la fundación de esa villa existiera alguien de apellido Morón.   
Así, en “Una pelea cubana contra los demonios”, de Don Fernando Ortiz, vinculada a la historia de San Juan de los Remedios, fundada por Vasco Porcayo de Figueroa, no se hace mención al patronímico “Morón”.
De esta manera, luego de transitar por los presupuestos planteados en las diferentes hipótesis acerca del nombre y del año de la mercedación del Hato de Morón, lejos de despejar las dudas y cubrir los espacios vacíos de nuestra historia, surgen nuevos cuestionamientos sobre los personajes que de algún modo deben estar vinculados con las raíces fundacionales del territorio moronense.
De cualquier manera, y haciendo uso literal de las palabras de Segundo Leiva Casay, Historiador de la Ciudad, “el planteamiento de que Morón debe su nombre a alguien con ese apellido es, por su fuerza lógica, la hipótesis más acertada”.
Pero no debemos correr el peligro de errar. La historia es ciencia, por ello implica rigor, y sus resultados estarán en concordancia con los elementos que el investigador tenga en su poder en el momento de la construcción de los conocimientos y sistematización de la información histórica.
Consideramos que nunca debe emplearse categóricamente el año 1525 como la fecha de mercedación del hato. Tampoco se debe afirmar con certeza absoluta de Ramón Morón, porque ¿quién fue realmente este personaje de quien no se habla en ningún texto consultado? Incluso, Pedro Morón constituye ya una nueva interrogante.
Es necesario explicar las hipótesis, someterlas a la crítica histórica pero siempre esclareciendo que la fecha escogida para conmemorar la mercedación del hato de Morón es el 24 de mayo de 1543 por ser la referencia más antigua vinculada al territorio moronense de que exista constancia hasta la fecha. Asegurar lo contrario sería cometer lamentables errores históricos. Como expresaba el Héroe Nacional José Martí: “La historia no es cera que se amolda a nuestras manos caprichosas. Ni cabe, en obra severa, fantasear sobre motivo histórico”.


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