sábado, 6 de junio de 2015

Terminal de Ferrocarriles, joya del patrimonio moronense



Escribió: Héctor J. Izquierdo Acuña

La llegada del ferrocarril a la villa de Morón en febrero de 1880, trajo consigo importantes avances para su población por facilitar las comunicaciones y el transporte de mercancía a lo largo de la Trocha.
Con el inicio de la Guerra del 1895 y la refortificación de la Trocha militar de Júcaro a Morón ordenada por el Capitán General Valeriano Weyler y Nicolau en 1896, se construye la línea férrea que comunicaría Morón con San Fernando. El trayecto quedó inaugurado el 20 de septiembre de 1897. Concluida la contienda se denominó la Rail Road of Júcaro a San Fernando, más tarde llamada Ferrocarril Norte de Cuba cuando el coronel José Miguel Tarafa organizó esta empresa.

Elemento relevante en la historia de los ferrocarriles en la localidad es el año 1919, fecha en que se abrió oficialmente la línea de Morón a Puerto Tarafa.
Los Talleres, construidos por al compañía Baldwin Locomotive Works, se inauguraron el 20 de mayo de 1923.  
En 1922 el Boletín que editaba la Empresa Ferrocarril Norte de Cuba es la construcción de una Estación de segunda clase en Morón, con un presupuesto superior a los 200 mil pesos, cifra considerable para la época, pues al pensar hacer de Morón el centro del ferrocarril, era preciso construir un edificio apropiado a las necesidades presentes y futuras. Cuando esté terminada tendremos se espera sea una de las mejores de la República en su clase… Tendremos, pues, una Estación de las mejores de la República…
La Estación de Ferrocarril Norte de Cuba fue construida por la Compañía Frederik  Suárez
Corporation. Con anterioridad se había edificado una semejante: la de La Habana. La de Morón siguió los códigos eclécticos de su época, con una marcada influencia neoclásica.
Esta majestuosa edificación representa a la arquitectura de la ciudad y es motivo de orgullo para sus residentes. A la influencia neocolonial, típica de las edificaciones cubanas de los primeros años de la República neocolonial en las zonas de plantación, pudiera sumársele la norteamericana por el uso de la madera y la cubierta de tejas francesas con grandes pendientes. Se desarrolla en dos niveles: el primero destinado a terminal de pasajeros, y el segundo a oficinas del ferrocarril y viviendas de empleados. Destaca en su interior el doble puntal que alcanza el salón principal coronado e iluminado por un impresionante vitral con motivos florales. En su exterior imponen las arcadas de medio punto y la repetición de balcones sobre ménsulas decorativas y estructurales, todo esto unido a una exquisita carpintería en madera preciosa y la singular belleza que otorga el uso de vitrales en el cierre de los vanos de arcos medio punto. Una marquesina de cerchas metálicas recibe al viajero y completa las visuales de una zona esencial del Centro Histórico moronense.
Construida, según la inscripción que conserva en la cartela que remata la fachada principal, en el año 1923 y siguiendo los códigos que marcan el eclecticismo, pero con fuerte influencia neocolonial que la asemeja a la tipología de las edificaciones realizadas en Cuba en los primeros años de la República en las plantaciones; también pudiera atribuírsele influencia norteamericana si se tiene en cuenta el uso de la madera y su cubierta de tejas francesas con grandes pendientes. Fue inaugurada el 14 de julio de 1924.
Este inmueble se desarrolla en dos niveles; el primero, que siempre mantuvo la función de Terminal; y un segundo, que fungió desde los primeros años hasta la Revolución como oficinas del ferrocarril y las viviendas de algunos empleados.
Es de destacar en su interior el doble puntal que alcanza su salón principal coronado e iluminado por un impresionante vitral con motivos florales.
Por sus valores arquitectónicos e históricos este inmueble, representativo de la ciudad de Morón, fue declarado Monumento Local mediante la Resolución No. 176 de la Comisión Nacional de Monumentos de fecha 20 de enero de 2001 y recibió el Premio Nacional de Conservación 2010 que otorga cada año el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
En su exterior el ritmo formado por imponentes arcadas de medio punto y la repetición de balcones sobre ménsulas de madera, unido a su carpintería en madera preciosa y una marquesina de cercas metálicas que da recibimiento al viajero completan esta obra, una de las más valiosas del Centro Histórico Urbano moronense.



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