Escribió: Héctor J. Izquierdo Acuña
La llegada del
ferrocarril a la villa de Morón en febrero de 1880, trajo consigo importantes
avances para su población por facilitar las comunicaciones y el transporte de
mercancía a lo largo de la
Trocha.
Con el inicio
de la Guerra
del 1895 y la refortificación de la
Trocha militar de Júcaro a Morón ordenada por el Capitán
General Valeriano Weyler y Nicolau en 1896, se construye la línea férrea que
comunicaría Morón con San Fernando. El trayecto quedó inaugurado el 20 de septiembre
de 1897. Concluida la contienda se denominó la
Rail Road of Júcaro a San Fernando, más
tarde llamada Ferrocarril Norte de Cuba cuando el coronel José Miguel Tarafa organizó
esta empresa.
Elemento
relevante en la historia de los ferrocarriles
en la localidad es el año 1919, fecha en que se abrió oficialmente la línea de
Morón a Puerto Tarafa.
Los Talleres, construidos por al compañía Baldwin
Locomotive Works, se inauguraron el 20 de mayo de 1923.
En 1922 el Boletín
que editaba la Empresa Ferrocarril Norte de Cuba es la
construcción de una Estación de segunda clase en Morón, con un presupuesto
superior a los 200 mil pesos, cifra considerable para la época, pues al pensar
hacer de Morón el centro del ferrocarril, era preciso construir un edificio
apropiado a las necesidades presentes y futuras. Cuando esté terminada
tendremos se espera sea una de las mejores de la República en su clase…
Tendremos, pues, una Estación de las mejores de la República…
La Estación de Ferrocarril Norte de Cuba fue construida por la Compañía Frederik Suárez
Corporation. Con anterioridad
se había edificado una semejante: la de La Habana. La de Morón
siguió los códigos eclécticos de su época, con una marcada influencia
neoclásica.
Esta majestuosa
edificación representa a la arquitectura de la ciudad y es motivo de orgullo
para sus residentes. A la influencia neocolonial, típica de las edificaciones
cubanas de los primeros años de la
República neocolonial en las zonas de plantación, pudiera
sumársele la norteamericana por el uso de la madera y la cubierta de tejas
francesas con grandes pendientes. Se desarrolla en dos niveles: el primero
destinado a terminal de pasajeros, y el segundo a oficinas del ferrocarril y
viviendas de empleados. Destaca en su interior el doble puntal que alcanza el
salón principal coronado e iluminado por un impresionante vitral con motivos
florales. En su exterior imponen las arcadas de medio punto y la repetición de
balcones sobre ménsulas decorativas y estructurales, todo esto unido a una
exquisita carpintería en madera preciosa y la singular belleza que otorga el uso
de vitrales en el cierre de los vanos de arcos medio punto. Una marquesina de
cerchas metálicas recibe al viajero y completa las visuales de una zona
esencial del Centro Histórico moronense.
Construida,
según la inscripción que conserva en la cartela que remata la fachada
principal, en el año 1923 y siguiendo los códigos que marcan el eclecticismo,
pero con fuerte influencia neocolonial que la asemeja a la tipología de las
edificaciones realizadas en Cuba en los primeros años de la República en las
plantaciones; también pudiera atribuírsele influencia norteamericana si se
tiene en cuenta el uso de la madera y su cubierta de tejas francesas con
grandes pendientes. Fue inaugurada el 14 de julio de 1924.
Este inmueble
se desarrolla en dos niveles; el primero, que siempre mantuvo la función de
Terminal; y un segundo, que fungió desde los primeros años hasta la Revolución como
oficinas del ferrocarril y las viviendas de algunos empleados.
Es de destacar
en su interior el doble puntal que alcanza su salón principal coronado e
iluminado por un impresionante vitral con motivos florales.
Por sus
valores arquitectónicos e históricos este inmueble, representativo de la ciudad
de Morón, fue declarado Monumento Local mediante
la Resolución No.
176 de la Comisión Nacional
de Monumentos de fecha 20 de enero de 2001 y recibió el Premio Nacional de Conservación
2010 que otorga cada año el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
En su exterior
el ritmo formado por imponentes arcadas de medio punto y la repetición de
balcones sobre ménsulas de madera, unido a su carpintería en madera preciosa y
una marquesina de cercas metálicas que da recibimiento al viajero completan
esta obra, una de las más valiosas del Centro Histórico Urbano moronense.
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