viernes, 23 de octubre de 2015

Pedro Guillermo Subiráts Quesada: de la pedagogía a la jurisprudencia.



Autor: Héctor J. Izquierdo Acuña
Pedro G. Subiráts Quesada
Larga resulta la impronta dejada por numerosos profesionales del derecho a lo largo de la historia moronense.
Aún se recuerdan personalidades que descollaron por su accionar en pro del desarrollo del Morón desde aquellos lejanos tiempos en que, en 1855, se estableció la primera Escribanía Pública en la entonces villa.
Figuras como la de los doctores en derecho Augusto Venegas Muiña, Aníbal Rodríguez, Segismundo Cervantes y Pedro Guillermo Subiráts Quesada, a quien nos referiremos a continuación, entre muchos otros que harían demasiado extensa la relación, no pueden soslayarse dentro de la cultura y la historia de Morón por sus aportes en los más diversos campos del saber y su actividad pública.

Poco ha llegado a la historiografía moronense sobre el Dr. Pedro Guillermo Subiráts Quesada, uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX en esta ciudad avileña, reconocido por la prensa de los años veinte del pasado siglo como uno de los primeros hijos de Morón que por su esfuerzo, laboriosidad, por ser un hombre de bien, pudo formarse una posición y prestigio digno de destacar.
Nació Subiráts Quesada en Morón el10 de febrero de 1880. Su padre Calixto era un importante maestro que enalteció la profesión y que educó una generación de moronenses, y Ana Quesada.
A los catorce años fue nombrado maestro interino de Chambas, actividad que desempeñó hasta 1898. Un año después se le encuentra, junto a unos amigos, publicando un periódico llamado «El Jején», lo que deviene su debut en los trajines periodísticos.
Ya en la República, y pese a su juventud, se le nombró miembro de una comisión que se entrevistó el 23 de noviembre de 1905 con el Presidente Tomás Estrada Palma para solicitarle al primer mandatario protección y ayuda para el municipio de Morón, lo cual denota que Subirats era un individuo que gozaba ya entonces de la confianza de sus coterráneos y que tenía una preocupación cívica muy acusada
Pronto obtuvo el título de bachiller en el Instituto de la antigua provincia de Camagüey  y junto a su progenitor comenzó a trabajar como auxiliar en la escuela donde enseñaba su padre. Poco tardó en obtener los certificados que le abrieron las puertas de la Escuela Pública, señalándose como un docente honrado y laborioso.
Enseñó en la escuela nocturna y por presiones de sus superiores dados sus ideales políticos, abandonó ese centro y se trasladó a Yagüajay donde se le nombró director de la Escuela No. 1, premiando de este modo sus conocimientos.
Antes de abandonar Morón fundó un periódico denominado La Opinión, en el cual se dio a conocer como escritor de combate. Con la experiencia adquirida, continúa su labor docente y periodística, esta vez como director del periódico El siglo XX, además de estimular a sus estudiantes a que publicaran el periódico infantil La Voz, en el cual la sabia orientación del maestro encausó las pretensiones literarias de sus educandos.
Tiempo más tarde recibió la oferta de Pastor Pastor Salgado, entonces presidente de la Junta de Educación para que retornara a su terruño a ocupar la dirección de la Escuela No. 1, aunque solo permaneció en esas funciones durante un breve tiempo.
En 1906 pasó a La Habana a desempeñarse como Inspector de la Secretaría de Hacienda. También ejerció esas funciones en la provincia de Matanzas y en 1907 ingresó en la Universidad, y luego de brillantes ejercicios obtuvo el prestigioso título de Dr. En Derecho en el año 1911.
Regresó a su pueblo natal, estableciendo su Bufete y Notaría, donde ejerce con verdadero éxito la profesión a la vez que labora incansablemente por el mejoramiento, por la cultura de su pueblo, por el engrandecimiento de la localidad.
Junto a su labor jurídica, escribe mucho y da a conocer varias obras, entre ellas las novelas «Venganza Divina» y «Guanina», un grupo de cuentos, textos sobre historia y derecho, biografías y otras. Se le considera, por su amplia producción, el más prolífico autor avileño de la etapa republicana.
Ya titular dirigió un periódico local La razón, y colabora, además bajo el seudónimo de Anastasio Abreu, en el brillante colega capitalino El Debate. Para 1922 colaboraba sistemáticamente, a la vez que era parte del equipo de redacción de la revista moronense Alba.
En la década de los años ´20 ya formaba parte de los Colegios de Abogados de La Habana y Camagüey, y al de Notarios de la capital cubana. Aficionado a las artes plásticas, dedicaba sus ratos de ocio a pintar lienzos que eran posible admirar en su propio hogar.
Escribe mucho y da a conocer varias obras, entre ellas las novelas «Venganza Divina» y «Guanina», un grupo de cuentos, textos sobre historia y derecho, biografías y otras. Se le considera, por su amplia producción, el más prolífico autor avileño de la etapa republicana.
Tiene Pedro Subiráts el honroso mérito de ser el primer historiador nuestro, entendido todo el territorio de la actual provincia. Con su «Historia de Morón», terminada en 1927 y publicada en La Habana dos años después, hace el inicial aporte historiográfico de valor a estos estudios regionales. Él mismo, con la conciencia clara de su situación de precursor, dirá que era «más que una historia, un ensayo con pretensiones de Historia, y seguramente será el trillo que dejo abierto...».
Como escritor fue un autor prolífico pues escribió varias novelas, dos libros sobre derecho, varios libros y folletos historia, cuentos, teatro, artículos políticos como por ejemplo "La Trocha debe ser provincia", realizado en 1917 y algunos discursos.
En su calidad de líder cívico, de promotor en el seno de la ciudadanía, fue el primero tam­bién que abogó por la creación de una provincia en esta región, y lo hizo por medio de la prensa escrita, la conferencia y con la publicación de un folleto en 1917 que fuera editado también por el periódico moronense La Cunagua
Añadirá sobre la conveniencia de la instauración de la denominada provincia de La Trocha que no es de dudarse que al fin habrá de llegar el día en que pueda constituirse esta séptima provincia, que la compondrán los municipios actuales de Morón, Ciego, Jatibonico y los futuros de Chambas, en Morón, Majagua, Simón Reyes, en Ciego y otros. Proponía igualmente que la nueva provincia tuviera como capital a la ciudad de Morón.
Como hombre visionario que era, él está promoviendo la creación de la provincia de La trocha, esto en los años `20, y aunque no pasó de la mera propuesta, su campaña fue propicia para despertar el interés sobre el tema, aun cuando la coyuntura histórica no era favorable a este proyecto que sólo se ejecutaría medio siglo después, en 1976.
Uno de los últimos lugares donde residió lo ubican en agosto del año 1951  viviendo en Jesús del Monte, La Habana, donde falleció el 17 de febrero de 1960.
En la actualidad, la Unión Nacional de Artistas de Cuba en Ciego de Ávila, otorga anualmente el premio literario que honra su nombre al más relevante libro publicado por un autor de la comarca.
El presente trabajo que hoy les presentamos, puede ser el despegue para ahondar, como se merece, en su trayectoria. Con esta semblanza, pretendemos hacer una modesta contribución a estimular para le ejecución de un empeño mayor, que permita rescatar de las sombras al Dr. Pedro Subiráts, el profesional de la jurisprudencia que ya en 1929 era miembro de la Junta de Educación, Archivero General de Protocolos, Delegado del Colegio Notarial y Delegado de la Asociación de la Prensa.   

1 comentario:

  1. Interesante publicación, pues narra en síntesis la fecunda obra de Subiráts,muy poco conocida por las generaciones actuales y lo que se hace necesaria su difusión, muchas gracias primo,un buen artículo donde aprendí algo nuevo para mí.

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