Autor: Héctor J. Izquierdo Acuña
Pedro G. Subiráts Quesada |
Larga resulta la impronta dejada por
numerosos profesionales del derecho a lo largo de la historia moronense.
Aún se recuerdan personalidades que
descollaron por su accionar en pro del desarrollo del Morón desde aquellos
lejanos tiempos en que, en 1855, se estableció la primera Escribanía Pública en
la entonces villa.
Figuras como la de los doctores en
derecho Augusto Venegas Muiña, Aníbal Rodríguez, Segismundo Cervantes y Pedro
Guillermo Subiráts Quesada, a quien nos referiremos a continuación, entre
muchos otros que harían demasiado extensa la relación, no pueden soslayarse
dentro de la cultura y la historia de Morón por sus aportes en los más diversos
campos del saber y su actividad pública.
Poco ha llegado a la historiografía
moronense sobre el Dr. Pedro Guillermo Subiráts Quesada, uno de los
intelectuales más relevantes del siglo XX en esta ciudad avileña, reconocido
por la prensa de los años veinte del pasado siglo como uno de los primeros
hijos de Morón que por su esfuerzo, laboriosidad, por ser un hombre de bien,
pudo formarse una posición y prestigio digno de destacar.
Nació Subiráts Quesada en Morón el10 de
febrero de 1880. Su padre Calixto era un importante maestro que enalteció la
profesión y que educó una generación de moronenses, y Ana Quesada.
A los catorce años fue nombrado maestro interino de Chambas, actividad que
desempeñó hasta 1898. Un año después se le
encuentra, junto a unos amigos, publicando un
periódico llamado «El Jején», lo que deviene su debut en los
trajines periodísticos.
Ya en la República, y pese a su juventud, se le nombró miembro de una comisión que se
entrevistó el 23 de noviembre de 1905 con el
Presidente Tomás Estrada Palma para solicitarle al primer
mandatario protección y ayuda para el municipio de
Morón, lo cual denota que Subirats era un individuo que gozaba ya entonces de la confianza de sus coterráneos
y que tenía una preocupación cívica muy acusada
Pronto obtuvo el título de bachiller en
el Instituto de la antigua provincia de Camagüey y junto a su progenitor comenzó a trabajar
como auxiliar en la escuela donde enseñaba su padre. Poco tardó en obtener los
certificados que le abrieron las puertas de la Escuela Pública,
señalándose como un docente honrado y laborioso.
Enseñó en la escuela nocturna y por
presiones de sus superiores dados sus ideales políticos, abandonó ese centro y
se trasladó a Yagüajay donde se le nombró director de la Escuela No. 1,
premiando de este modo sus conocimientos.
Antes de abandonar Morón fundó un
periódico denominado La
Opinión, en el cual se dio a conocer como escritor de
combate. Con la experiencia adquirida, continúa su labor docente y
periodística, esta vez como director del periódico El siglo XX, además de
estimular a sus estudiantes a que publicaran el periódico infantil La Voz, en el cual la sabia
orientación del maestro encausó las pretensiones literarias de sus educandos.
Tiempo más tarde recibió la oferta de
Pastor Pastor Salgado, entonces presidente de la Junta de Educación para que
retornara a su terruño a ocupar la dirección de la Escuela No. 1, aunque
solo permaneció en esas funciones durante un breve tiempo.
En 1906 pasó a La Habana a desempeñarse como
Inspector de la Secretaría
de Hacienda. También ejerció esas funciones en la provincia de Matanzas y en
1907 ingresó en la
Universidad, y luego de brillantes ejercicios obtuvo el
prestigioso título de Dr. En Derecho en el año 1911.
Regresó a su pueblo natal, estableciendo
su Bufete y Notaría, donde ejerce con verdadero éxito la profesión a la vez que
labora incansablemente por el mejoramiento, por la cultura de su pueblo, por el
engrandecimiento de la localidad.
Junto a su labor jurídica, escribe mucho y da a
conocer varias obras, entre ellas las novelas «Venganza Divina» y «Guanina», un grupo
de cuentos, textos sobre historia y derecho, biografías y otras. Se le considera,
por su amplia producción, el más prolífico autor
avileño de la etapa republicana.
Ya titular dirigió un periódico local La
razón, y colabora, además bajo el seudónimo de Anastasio Abreu, en el brillante
colega capitalino El Debate. Para 1922 colaboraba sistemáticamente, a la vez
que era parte del equipo de redacción de la revista moronense Alba.
En la década de los años ´20 ya formaba
parte de los Colegios de Abogados de La Habana y Camagüey, y al de Notarios de la capital
cubana. Aficionado a las artes plásticas, dedicaba sus ratos de ocio a pintar
lienzos que eran posible admirar en su propio hogar.
Escribe mucho y da a conocer varias obras, entre
ellas las novelas «Venganza Divina» y «Guanina», un grupo
de cuentos, textos sobre historia y derecho, biografías y otras. Se le considera,
por su amplia producción, el más prolífico autor
avileño de la etapa republicana.
Tiene Pedro Subiráts el honroso
mérito de ser el primer historiador nuestro, entendido
todo el territorio de la actual provincia. Con su «Historia
de Morón», terminada en 1927 y publicada en La Habana dos años después, hace el inicial aporte historiográfico de valor a estos estudios
regionales. Él mismo, con la conciencia clara de su situación de precursor, dirá que era «más que una historia, un ensayo con pretensiones de Historia, y seguramente será el trillo que dejo abierto...».
Como escritor fue un autor prolífico pues escribió varias novelas, dos
libros sobre derecho, varios libros y folletos historia, cuentos, teatro,
artículos políticos como por ejemplo "La Trocha debe ser provincia", realizado en
1917 y algunos discursos.
En su calidad de líder cívico, de
promotor en el seno de la ciudadanía, fue el primero también que abogó por la creación de una provincia en esta región, y lo hizo por medio de la prensa
escrita, la conferencia y con la publicación de un
folleto en 1917 que fuera editado también por el periódico moronense La Cunagua
Añadirá sobre la conveniencia de la instauración
de la denominada provincia de La
Trocha que no es
de dudarse que al fin habrá de llegar el día en que pueda constituirse esta séptima provincia, que la compondrán los
municipios actuales de Morón, Ciego,
Jatibonico y los futuros de Chambas, en Morón, Majagua, Simón Reyes, en Ciego y otros. Proponía igualmente que la nueva provincia
tuviera como capital a la ciudad de Morón.
Como hombre visionario que era, él
está promoviendo la creación de la provincia de La trocha, esto en los años
`20, y aunque no pasó de la mera propuesta, su campaña fue propicia para despertar el interés sobre el tema, aun
cuando la coyuntura histórica no era favorable a este proyecto que sólo se ejecutaría medio siglo después, en 1976.
Uno de los últimos lugares donde
residió lo ubican en agosto del año 1951
viviendo en Jesús del Monte, La Habana, donde falleció el 17 de febrero de 1960.
En la actualidad, la Unión Nacional de Artistas
de Cuba en Ciego de Ávila, otorga anualmente el premio literario que honra su
nombre al más relevante libro publicado por
un autor de la comarca.
El presente trabajo que hoy les presentamos, puede ser el despegue para ahondar, como se merece,
en su trayectoria. Con esta semblanza, pretendemos
hacer una modesta contribución a estimular para le ejecución de un empeño
mayor, que permita rescatar de las sombras al Dr. Pedro Subiráts, el
profesional de la jurisprudencia que ya en 1929 era miembro de la Junta de Educación,
Archivero General de Protocolos, Delegado del Colegio Notarial y Delegado de la Asociación de la Prensa.
Interesante publicación, pues narra en síntesis la fecunda obra de Subiráts,muy poco conocida por las generaciones actuales y lo que se hace necesaria su difusión, muchas gracias primo,un buen artículo donde aprendí algo nuevo para mí.
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